En
cualquier lugar y momento histórico, desde las comunidades primitivas
hasta nuestros días, los seres humanos han tenido que dotarse de una
serie de normas que regulen la vida en sociedad.
Actualmente es el poder político, representado por el Sector Público, el que establece el conjunto de leyes e instituciones que regulan la actuación de los agentes económicos y sus relaciones, condicionando sus decisiones y determinando el sistema económico.
La escasez de recursos y su posibilidad de usos alternativos, obliga a la sociedad a tomar decisiones sobre el destino de tales recursos, que pueden sintetizarse en tres cuestiones fundamentales:Qué bienes y servicios producir y en qué cantidad
Actualmente es el poder político, representado por el Sector Público, el que establece el conjunto de leyes e instituciones que regulan la actuación de los agentes económicos y sus relaciones, condicionando sus decisiones y determinando el sistema económico.
La escasez de recursos y su posibilidad de usos alternativos, obliga a la sociedad a tomar decisiones sobre el destino de tales recursos, que pueden sintetizarse en tres cuestiones fundamentales:Qué bienes y servicios producir y en qué cantidad
Cómo producir esos bienes, con qué tecnología
Para quién producirlos
Las decisiones tomadas para dar respuesta a estas cuestiones tienen un claro componente político, y configuran el sistema económico de una sociedad. No es indiferente, por ejemplo, dedicar los recursos a fabricar armas o alimentos, a bienes privados o a servicios públicos.
En cuanto al cómo producir, aunque es una decisión en gran parte de naturaleza técnica, también lo es política: se produce respetando el medio ambiente o no, se explota a la fuerza de trabajo o no, etc.
Por último, la decisión sobre quién va a disfrutar de los bienes y servicios producidos vuelve a ser política: puede repartirse igualitariamente entre toda la sociedad, o sólo entre los que han trabajado, o entre quienes puedan pagar el precio correspondiente, o en función de las necesidades de cada uno.
En definitiva, lo que caracteriza básicamente a un sistema económico, es el mecanismo por el cuál se toman las decisiones económicas anteriores, si bien cada uno de estos mecanismos exige determinadas condiciones de propiedad de los factores productivos, y da lugar a unas relaciones entre los agentes económicos concretas.
Tipos de sistemas económicos
A lo largo del tiempo, han existido
diversas clasificaciones de los sistemas económicos, dependiendo de los
criterios que se utilicen para dividirlos. Sin embargo, si nos atenemos
estrictamente a los aspectos que dan respuesta a los problemas de producción,
distribución y consumo de los bienes económicos, podemos afirmar que existen
tres sistemas económicos: el sistema tradicional, el sistema autoritario o
planificado y la economía de mercado. Hoy en día, la mayoría de sistemas económicos son mixtos, aunque tiene una mayor importancia la economía de mercado. Veamos, a
continuación, las principales características de cada uno de ellos.
La economía tradicional
La economía tradicional es un sistema en el que los problemas concernientes a la producción,
distribución y consumo se solucionan con base en normas de la costumbre o la tradición.
La costumbre desempeñó un papel
importante en las sociedades primitivas, donde el trigo y el algodón se
producían de una manera tradicional por unos métodos heredados de otras
generaciones y las cosechas se dividían entre los individuos por arreglos o
acuerdos tradicionales.
La
economía autoritaria o planificada
La economía autoritaria o
planificada es un sistema en el que los asuntos
concernientes a la producción, distribución y consumo de los bienes económicos
dependen de la voluntad de una persona o grupo de personas, razón por la que el mercado desempeña
un papel sumamente limitado en la asignación de recursos. En este tipo de
sistema, la autoridad, que cuenta con el suficiente poder
para imponer su criterio al resto de los individuos de una colectividad, está
constituida por el Estado, y las empresas se dedican a ejecutar
las acciones que este planifica.
Para llevar a cabo una planificación
centralizada en todas las decisiones económicas de
un país, los funcionarios encargados deben conocer todas las posibilidades
tecnológicas para la producción y poseer todos los detalles acerca de las
ofertas de los factores de producción. Esta información permite a sus
funcionarios elegir los productos y servicios que deben ser producidos y
distribuidos.
Además, el Estado debe planificar la
distribución de los bienes, lo cual realiza mediante decretos, es decir, por medio de racionamiento o fijación de los precios para la
distribución, permitiendo que los agentes económicos compren y vendan solo de
acuerdo con los precios establecidos por el Estado.
En la actualidad, no existe ninguna
economía autoritaria total pero sí hay economías con un elevado grado de
planificación centralizada, como las de Cuba y Corea del Norte.
La economía de mercado
En la economía de mercado, que es actualmente el sistema con mayor fuerza, el mercado es el mecanismo encargado de determinar la producción, distribución y
consumo de los bienes económicos.
En este sistema, existen dos grupos
diferentes de personas:
Para cada producto y para cada
servicio, se establece una relación entre los oferentes y los
demandantes. De esta relación surge el precio, que es el número de unidades monetarias de dinero que deben pagarse
por unidad física de un producto o un servicio. Por ello, mientras el precio en
la economía planificada es el resultado de las decisiones del Estado, en la
economía de mercado el precio no es otra cosa que la interacción entre la
oferta y la demanda.
En general, cuando la demanda de un
bien económico es mayor que la oferta, se dará una escasez de este, lo que hace que su precio aumente. Esto generará que las personas dejen de comprar dicho bien, obligando
a que la demanda baje y a que el precio se estabilice. En cambio, cuando la
oferta es mayor que la demanda, se produce un excedente del bien, lo que hace que su precio disminuya. Al suceder esto, la tendencia del mercado es que las personas
incrementen su compra, haciendo que el precio suba hasta nivelarse.
La fijación de los precios de los
productos y servicios se puede simplificaren el siguiente esquema:
En la economía de mercado, los
productores determinan qué medios emplear y cómo combinarlos para poder
fabricar el bien solicitado por la demanda. Sin embargo, en este sistema suele
primar el principio de máximo beneficio, que implica que el método de
producción que se elija será el más barato, es decir, aquel que permita al
empresario obtener mayores beneficios económicos.
El objetivo de la economía
planificada es el beneficio común y compartido de las personas, mientras que el
de la economía de mercado es el de obtener los mayores ingresos económicos
para la empresa productora. Por ello, los factores de producción utilizados en
la economía de mercado tenderán a ser los más eficientes, es decir, los que produzcan mayor cantidad de bienes en menor cantidad
de tiempo.
Los
sistemas mixtos
Hasta ahora, hemos analizado tres
tipos puros de sistemas económicos: el tradicional, el autoritario o planificado
y el de mercado. Sin embargo, en la práctica no existen sistemas
económicos puros. Es decir, el sistema planificado y el
de mercado necesitan complementarse para permitir un crecimiento óptimo
de la economía. Por ello es que todos los sistemas económicos reales son mixtos, en la medida en que utilizan con preferencia un modelo económico puro
pero incorporan elementos de otros.
Por ejemplo, los países que prohíben
la propiedad privada, y en los que el Estado regula fuertemente la economía,
también utilizan el mecanismo de precios, especialmente para la distribución de
la producción nacional. La mayoría de estos países permite que los precios de
los productos y de los servicios estén influidos por las fuerzas del mercado,
así estén intervenidos por el Estado.
La información acerca de los precios
que suben y bajan ayuda a los planificadores a decidir qué artículos deben
producirse. Incluso, el mecanismo de precios puede ser utilizado para tomar
decisiones acerca de cómo hay que producir. Por ejemplo, las fábricas estatales
pueden fijar los objetivos de beneficio y poseer libertad para tomar sus
propias decisiones en lugar de que se les indique directrices sobre qué hay que
producir y cómo organizar la producción. Este es el caso, por ejemplo, de la economía
que regía en un país como Yugoslavia.
De la misma manera que no existe una
economía totalmente autoritaria, tampoco existe un sistema de mercado puro. En
este sistema económico, los Gobiernos intervienen con un conjunto de medidas
políticas que van desde leyes y directrices hasta impuestos y subvenciones, así
como algunas actividades productivas son ejercidas por el Estado mismo.
En un sistema planificado, se utiliza
el mecanismo de los precios para permitir la distribución de la producción
nacional, mientras que, en una economía de mercado, los precios proporcionan
información para decidir qué artículos deben producirse. De esta manera, en
muchos países se da la planificación parcial, que consiste en una toma de
decisiones centralizada para un número limitado de sectores de la economía que
son considerados de gran importancia. Por ejemplo, algunos Gobiernos desempeñan
el papel de planificadores centrales ya que organizan la producción en unas
pocas industrias, como la del carbón, los ferrocarriles y los servicios
postales, y no necesariamente intervienen en todos los sectores económicos.
La economía de cada país difiere en
el grado de confianza que otorga a los mercados para coordinar las decisiones
descentralizadas y en la confianza que da a una toma de decisiones
centralizada. De este modo, la economía de países como Cuba no se distingue de
la de otros países por la ausencia total del mercado sino en el hecho de tener
mucha mayor planificación central y menor utilización de los mercados con
respecto a otros como Estados Unidos.