jueves, 29 de marzo de 2018

EL PIB

Recuerda que ya estudiamos el incremento de la producción, es decir, el crecimiento económico en la FPP. Ahora damos un paso más, pues lo que vamos a hacer es cuantificar ese crecimiento.
A. DEFINICIÓN
El Producto Interior Bruto (PIB) es el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un periodo de tiempo determinado, generalmente un año.
Analicemos cada uno de los elementos de esta definición:
  • “Es el valor monetario…”. Para calcular el PIB se suman bienes heterogéneos, pero esto plantea una duda: ¿cómo se puede sumar bienes tan diferentes como libros y calcetines? El PIB suma libros y calcetines utilizando su precio en el mercado, esto es, multiplicando las cantidades por su precio, de tal forma que lo que se suman son unidades monetarias.
  • “… de todos…”. El PIB comprende todos los bienes y servicios que pasan por el mercado. La fruta que compramos en el mercado forma parte del PIB, pero no la fruta que cultivamos en el huerto para nuestro consumo privado.
  • “… los bienes y servicios…”. El PIB incluye tanto los bienes (calzado, ropa, libros) como los servicios (corte de pelo, visita al dentista).
  • “… finales…”. Sólo se tienen en cuenta los bienes finales, ya que el valor de los bienes intermedios ya está incluido en el precio de los bienes finales. Si el papel que se utiliza para producir libros se incluyera en el PIB, estaríamos contabilizando dos veces lo mismo, ya que en el precio del libro está incluido el valor del papel utilizado.
  • “… producidos…”. El PIB incluye sólo lo producido en el periodo, y no incorpora las transacciones de productos de segunda mano. Cuando una persona vende su moto usada, su valor no se incluye en el PIB de ese año.
  • “… en un país…”. En PIB mide la producción dentro de las fronteras de un país.
  • “… durante un determinado periodo de tiempo…”. Normalmente un año, con la intención de poder hacer comparaciones.
B. MÉTODOS PARA CALCULAR EL PIB
En una economía de mercado, las empresas ajustan su producción a lo que los agentes económicos están dispuestos a gastar. De ahí que el PIB, que mide el valor de todos los bienes y servicios finales producidos o adquiridos por los agentes económicos de un país, sea un indicador significativo de la marcha de la economía. Hay tres métodos para calcular el PIB: ver cuánto gastan los habitantes de un país en bienes y servicios finales; sumar los ingresos de esos habitantes; o calcular el valor añadido que las empresas otorgan a sus productos.
  • Método del gasto
En las economías de mercado se consume o compra todo lo que se produce (todo aquello que no se vende se considera una forma de inversión). Si el PIB mide la producción de bienes finales, para calcularlo podemos sumar todos los gastos, esto es, el valor a precio de mercado (pm) de todas las compras de bienes y servicios finales realizadas, con independencia de su nacionalidad, por todos los agentes económicos dentro de un país (las familias, las empresas y el sector público). No hay que olvidar que las economías de diferentes países están relacionadas entre sí: los extranjeros compran en nuestro país y nosotros en el suyo. Por consiguiente, al consumo de las familias (C), la inversión empresarial (I) y el gasto del sector público (G), hay que sumarle el valor de las exportaciones netas. Las exportaciones netas son la diferencia entre el valor de los bienes que se exportan (X) y el de los que se importan (M).
  • Método del valor añadido
En teoría, al computar el valor de la producción de todo un país, obtendríamos el mismo resultado calculando cuánto se ha comprado (método del gasto en bienes y servicios) que calculando cuánto se ha vendido (las cosas se venden porque alguien las compra). Así pues, para saber cuánto vale la producción de bienes y servicios finales (es decir, el PIB) bastaría con preguntar a las empresas cuánto han vendido en el periodo que se estudia.
Esto sería factible si todas las empresas produjeran únicamente para el consumidor final sin que mediara ninguna otra empresa, pero en la práctica no suele ser así. Muchas no fabrican para el consumidor final sino para otras empresas, de tal forma que los productos finales de algunas empresas son los intermedios para otras que los utilizan en sus procesos productivos.
Si sumásemos lo producido por ambos tipos de empresas estaríamos contando dos veces el mismo producto, porque la empresa que vende al consumidor final ya asume como propio el coste de los bienes intermedios adquiridos a otras empresas. Para solucionar este problema de doble contabilización se utiliza el método del valor añadido. El valor añadido se obtiene restando al valor de las ventas del producto de una empresa el valor de las materias primas y el de otros bienes intermedios (adquiridos a otras empresas) utilizados en su producción. Contabilizando el valor que las empresas añaden a los productos si es posible realizar el cálculo del PIB a coste de factores.
C. DIFERENCIA ENTRE EL PIB NOMINAL Y EL PIB REAL
El valor monetario de un bien o servicio, es decir, su precio, varía con el tiempo aunque el bien o servicio sea el mismo. El PIB al que nos hemos referido hasta ahora, ya fuera a precios de mercado o a coste de los factores, se llama nominal,y resulta de multiplicar la cantidad de bienes y servicios finales por los precios que tuvieran el año en cuestión.
Para medir el valor de la producción de un año basta con realizar dicho cálculo, pero resulta insuficiente si queremos analizar la evolución del PIB en periodos distintos. Dado que la economía está sujeta a procesos inflacionistas (subida generalizada de los precios), habrá que eliminar el efecto de la inflación para hacer comparaciones válidas entre periodos distintos.
Al comparar el PIB de dos periodos distintos, pueden variar la cantidad producida, el precio o ambos a la vez. Si la cantidad no varía y los precios suben, crece el PIB, pero eso no quiere decir que haya aumentado el valor de la producción de bienes y servicios. Pudiera ser que el país estuviera produciendo la misma cantidad de bienes y servicios que años pasados pero que, debido a la inflación, el PIB reflejara un incremento que se justificara por la subida de los precios, no por el aumento del valor de la producción.
Para solucionar este problema, los economistas recurren al cálculo de otro indicador, el PIB real. Éste se calcula empleando también las cantidades de bienes y servicios de un determinado año que se utiliza como base o referencia. De esta forma, se elimina el efecto de la subida de precios. El procedimiento que consiste en pasar el PIB de valores nominales (o precios corrientes) a valores reales (o precios constantes) se conoce como deflactar.
D. LIMITACIONES DEL PIB
Existen ciertas limitaciones en cuanto al uso y la interpretación del PIB. Entre las más relevantes están las siguientes:
  • El PIB no contabiliza la totalidad de los bienes y servicios finales producidos en una economía. Muchas actividades no son declaradas al sector público y por tanto no consta su existencia. El conjunto de actividades ocultas a los ojos del Estado se denomina economía sumergida
  • El PIB tampoco mide el valor de las actividades en las que no se cambian bienes y servicios por dinero. Es el caso del trabajo doméstico, el trabajo voluntario y las operaciones de trueque. A pesar de la importancia de estas actividades, el PIB no las considera, puesto que no pasan por el mercado.
  • El PIB, al igual que otros muchos indicadores económicos, no informa de las externalidades, esto es, no refleja la totalidad de los beneficios y costes sociales derivados de la actividad económica, como la generalización de los avances tecnológicos o la contaminación.
  • El PIB no mide la calidad de los bienes y servicios producidos. Las cifras del PIB son sólo eso, números, que no tienen en cuenta si lo que se produce son alimentos, libros, armas, venenos o cualquier otra cosa. Esto impide comparar la calidad de la producción entre distintas épocas. Un sencillo ejemplo: en los años 80 los ordenadores personales estaban al alcance de pocos bolsillos. A medida que se reducían los precios y aumentaban sus prestaciones, las ventas de ordenadores crecieron vertiginosamente. Y sin embargo, un ordenador sumaba antes mucho más al PIB que hoy, aunque las prestaciones que proporcionaban al principio eran muy limitadas. Además, el PIB habla sólo de las cifras actuales y olvida que la producción futura puede quedar comprometida debido al agotamiento de dichos recursos.
  • El PIB no mide la distribución de la riqueza entre los habitantes. Incluso si calculamos el PIB per cápita (esto es, el PIB de un país dividido entre el nº total de habitantes) para obtener una medida del bienestar de la población, no conoceremos el reparto real porque tales indicadores establecen sin más un término medio. Aunque el PIB per cápita fuera relativamente alto, pudiera resultar en la práctica que la distribución fuera muy desigual, es decir, que unos pocos tuvieran mucho y otros muchos muy poco.

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