viernes, 30 de diciembre de 2016

TEMA 3.7 TIPOS DE MERCADOS


La Competencia

La búsqueda de beneficios es el objetivo común y básico de las empresas, pero no todas, ni en todo momento, tienen la misma oportunidad de obtenerlos. Uno de los condicionantes más importantes para conseguir el objetivo del beneficio es el comportamiento del resto de empresas que existen en un determinado mercado. Así, podemos definir competencia como la situación en la que varias empresas rivalizan en un mercado ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio.
"La libre competencia cuida con una "mano invisible" de que los afanes de ganancia individuales terminen beneficiando, finalmente, a toda la sociedad". La riqueza de las nacionesAdam Smith
 
La competencia perfecta es una representación idealizada de los mercados de bienes y servicios, que se define como aquel mercado en el que existen muchos compradores y muchos vendedores, y el precio es fijado por el libre juego de la oferta y la demanda, es decir, es fijado de forma impersonal por el mercado. Además, las características del bien que se vende impiden que las empresas intenten diferenciarse: es un bien muy estandarizado.


Por eso a los participantes en el mercado se les considera precio-aceptantes: ninguno puede influir en el precio ni ocupar una posición dominante respecto al resto. El tamaño de las empresas es similar y por tanto todas tienen condiciones parecidas para acceder al mercado.
En un mercado de competencia perfecta, el consumidor sale beneficiado ya que ninguna empresa puede poner precios abusivos puesto que nadie iría a comprar su producto al existir otras empresas que venden a precio de mercado.
Para que el comportamiento de un mercado se considere de competencia perfecta es necesario que se cumplan una serie de supuestos:

  • Existencia de un elevado número de oferentes y demandantes: la cantidad que cada uno ofrece o demanda es tan pequeña respecto a la cantidad total intercambiada en el mercado que su comportamiento individual no puede tener efectos perceptibles sobre los precios.

  • El bien ofrecido es homogéneo: no existen grandes diferencias en el producto ofrecido, es decir, los bienes o servicios que ofrecen las diferentes empresas generan la misma satisfacción en los consumidores.

  • Son mercados transparentes: la información es perfecta y gratuita, es decir, todos los que intervienen en el mercado, compradores y vendedores, conocen las condiciones generales en las que opera el mercado.

  • Libertad de entrada y salida: cualquier empresario o empresa puede entrar, atraido por las expectativas de beneficio, a producir el bien o servicio que ofrece el mercado sin ningún tipo de traba. De la misma forma las empresas pueden cesar su actividad cuando lo deseen y redirigir su actividad hacia actividades más atractivas.

  • Independencia en la toma de decisiones: no existen controles o acuerdos entre empresas que distorsionen el normal funcionamiento del mercado para su propio beneficio. 

    La Competencia imperfecta en la realidad no existen mercados de competencia perfecta en los que se den todos los supuestos teóricos que los caracterizan sino que más bien nos encontramos con mercados que ofrecen algunas similitudes con la competencia perfecta pero sobre todo en los que, como veremos en la cuarta unidad, se producen múltiples fallos de mercado que justifican la intervención del sector público en los mismos.





 

  Tipos de mercado de competencia imperfecta que surgen a raíz de algunos de esos fallos:

  • El monopolio.

  • El oligopolio.
  • La competencia monopolística

Es el caso extremo de un mercado de competencia imperfecta pues se trata de un mercado en que existen muchos demandantes pero un único oferente, lo que le permite tener la suficiente capacidad para influir en el precio o en la cantidad producida de un bien o servicio.
Al no existir otras empresas en el sector en este tipo de mercados el punto de equilibrio genera menores cantidades de producto intercambiado y a precios superiores que en los mercados de competencia perfecta. Es decir, la empresa obtiene beneficios superiores y el consumidor se ve claramente perjudicado. 
Noticia: El País, 9 de mayo de 2008.
Microsoft apela la multa de 900 millones impuesta por Bruselas.
El gigante informático estadounidense Microsoft ha apelado ante la justicia europea la multa récord de 899 millones de euros que le impuso la Comisión el pasado mes de febrero, por no cumplir con las exigencias de su condena del año 2004 por abuso de posición dominante.

"Microsoft presentó una apelación para anular la decisión de la Comisión del 27 de febrero", ha anunciado un portavoz de Microsoft, quien ha añadido: Presentamos esta apelación en un esfuerzo constructivo para buscar aclaraciones por parte del Tribunal".
La CE impuso el pasado 27 de febrero a Microsoft una sanción histórica de 899 millones de euros por no haber dado a sus rivales la información necesaria para fabricar programas compatibles con los suyos.
Ésta es la sanción más alta impuesta nunca por la autoridad europea de competencia a una sola empresa, y se suma a otras dos anteriores de 497,2 y 280,5 millones de euros infligidas a Microsoft por abusar de su posición de dominio en el mercado informático y por no acatar las órdenes de Bruselas para remediarlo.
Existe un caso de monopolio que no se refiere a la existencia de un único oferente como el que hemos tratado hasta ahora en este apartado sino que se refiere al mercado en el que existen varios productores pero interviene un único demandante del bien o servicio.
Este caso se denomina monopsonio y de nuevo implica una merma de la competencia puesto que este único comprador del producto puede abusar de su privilegiada posición influyendo en la cantidad y precio de intercambio frente a sus proveedores.
El oligopolio 
Es un mercado de competencia imperfecta en el que hay muchos demandantes pero pocos vendedores con capacidad para influir en el precio o la cantidad producida. Es decir, los productores no son precio-aceptantes, lo que genera, al igual que en el monopolio, una situación de abuso en la que se incrementan los beneficios de las empresas a la vez que se perjudica al consumidor.
Las causas para la existencia de oligopolios son similares a las que hemos visto en el apartado anterior en relación a los monopolios salvo que, en este caso, no se crea una sóla empresa sino dos o más:
  • Control de la producción o distribución de una materia prima, bien o servicio: unas pocas empresas pueden copar la mayoría o la totalidad de la oferta de un producto como puede ser el caso de la producción de petróleo, las multinacionales que controlan el mercado de materias primas y productos agrícolas o la prestación de servicios financieros y bancarios.
  • Elevados costes fijos para iniciar la actividad económica: la necesidad de grandes inversiones iniciales limita a una pocas empresas el número de oferentes de algunos bienes. Por ejemplo, la industria automovilística ha sido acusada en algunos momentos de llevar a cabo prácticas oligopolísticas.
  • Existencia de barreras legales: existen determinados sectores que se encuentran regulados por el sector público en cuanto al número de productores de un bien o servicio que pueden operar. Por ejemplo, en el campo de la telefonía móvil las empresas que quieren entrar en el mercado necesitan una licencia pública previa.
    Como en estos mercados suele operar un reducido número de grandes empresas -cada una de las cuales tiene un porcentaje significativo de cuota de mercado- se plantea una situación de interdependencia mutua o estratégica, es decir, las acciones y decisiones de una empresa afectan a las demás.
    Por lo tanto, las empresas tratan de determinar sus precios basándose en las previsiones de su función de demanda, es decir, en lo que esperan vender, pero también teniendo en cuenta las posibles reacciones de sus rivales
    Así, podemos encontrar tres tipos de comportamientos por parte de las empresas: 

    1. Cooperar: los vendedores se ponen de acuerdo para no competir entre ellos y así todos se benefician.
    2. No cooperar: cada empresa establece su estrategia sin contar con la reacción de las demás: esto les supone un peor resultado.
    3. También puede ocurrir que después de haber llegado a un acuerdo previo, alguna empresa decida no cumplirlo, esperando así obtener un beneficio adicional, pero esto suele llevar a que las demás empresas sigan esta estrategia y al final todas salgan perjudicadas

    Por último, al igual que en el caso del monopolio, podemos encontrar casos en los que la posición abusiva de las empresas se lleva a cabo desde el lado de la demanda, es decir, una pocas empresas controlan la compra de una materia prima o de un producto de manera que pactan el precio que se les va a pagar a todos los productores.
    Esta situación se denomina oligopsonio. En ocasiones, se acusa a las grandes distribuidoras de la alimentación de ejercer este poder sobre los productores lo que explica las enormes diferencias entre el precio de algunos alimentos que se paga al agricultor y lo que termina pagando el consumidor. También en la industria automovilística encontramos unas pocas grandes marcas de coches que ejercen un cierto poder sobre los proveedores de algunos componentes. 

    LA COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA
    De las condiciones exigidas para que se dé la competencia perfecta, la que se incumple en la vida real con mayor frecuencia es la homogeneidad, es decir, los bienes y servicios que ofrecen las empresas no son exactamente iguales o al menos, el consumidor no los considera bienes perfectamente sustituibles.
    Así, aunque haya muchos oferentes y demandantes, los productos ofrecidos presentan alguna diferenciación, bien en sus características objetivas o simplemente en algún otro rasgo que dota al producto de una distinción frente a la competencia.
    En general, en estos mercados existen muchas empresas, es decir, no hay barreras a la entrada y salida, y se dificultan los acuerdos entre empresas, lo que genera mercados muy atomizados.
    Por tanto, el poder de mercado que posee cada empresa es limitado ya que existen productos que cubren la misma necesidad. Por lo tanto, el relativo poder que le concede la diferenciación del producto a cada una puede esfumarse.
    El desarrollo de la sociedad de consumo ha ido de la mano del desarrollo de este tipo de mercados en los que nos encontramos un amplio catálogo de bienes o servicios que, aunque podrían satisfacer una misma necesidad no son sustitutivos perfectos. En estos mercados, la publicidad y el resto de técnicas de marketing relacionadas con la política de comunicación de las empresas (relaciones públicas, esponsorización, telemarketing, etcétera) adquieren una importancia fundamental en esa tarea de conseguir que el consumidor vea su producto como algo diferente de lo que ofrecen el resto de empresas.
    Las diferencias entre productos pueden basarse en:
    • Características objetivas de los productos: algunos bienes o servicios presentan rasgos diferenciados en su calidad (como por ejemplo, uso de materias primas de primera clase), sus cualidades técnicas (como utilización de nuevos materiales o innovaciones tecnológicas) o incluso su diseño (pueden dotar de mayor utilidad a un producto). Más aún, las empresas añaden servicios adicionales que distinguen sus productos de los de la competencia (por ejemplo, los servicios posventa como los que garantizan el buen funcionamiento futuro).
    • Diferencias subjetivas que amplíen o potencien en el mercado las diferencias entre los productos: el marketing y la publicidad se encarga de establecer diferencias allí donde hay semejanzas y para ello las empresas gastan grandes cantidades de recursos dirigidas a la política de marca con el objetivo de que el consumidor asocie un determinado producto con una idea subjetiva que satisface algo más que necesidades materiales: el prestigio por poseer un producto, la satisfacción de pertenecer a un grupo o el placer de tener una imagen o estilo ante los demás en una sociedad en la que las apariencias son tan importantes.

     
fuente: e-ducativa.catedu.es

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