Los agentes económicos se comportan de distinta manera respecto al dinero. Unos gastan menos de lo que ingresan y, por tanto, ahorran, o dicho de otra forma, tienen superávit. Otros, por el contrario, gastan más de lo que tienen, viéndose en la necesidad de endeudarse, es decir, tienen déficit. En definitiva, a algunos les sobra dinero, mientras que a otros les falta: la banca hace de intermediaria entre los ahorradores u oferentes de dinero y los demandantes de dinero:
Los bancos nacieron para intermediar entre unos y otros agentes, canalizando el ahorro hacia aquellos que necesitan dinero para invertir, las empresas y el sector público fundamentalmente, o para consumir. La función de la banca, por tanto, es intermediar en el mercado de dinero a cambio de un precio, el tipo de interés.
El problema es que las necesidades de financiación en el sistema económico son mucho mayores que el total de depósitos de los ahorradores. Entonces los bancos crean más dinero del que existe para atender esas necesidades de los agentes deficitarios.
El tipo de interés, el precio del dinero, tiene dos características: se expresa en porcentaje sobre 100 y tiene una dimensión temporal, tomando como referencia generalmente un año. Por ejemplo, si el tipo de interés es del 5%, significa que por cada 100€ cada año se generan 5€ de intereses. Los bancos obtienen su beneficio prestando el dinero a un tipo de interés superior al que pagan por los depósitos de los ahorradores.
los bancos, estimaban que si mantenían entre un 10% y un 20% de los depósitos reales que recibían en forma de dinero, estaban asegurados ante posibles retiradas de los depósitantes. El resto podían prestarlo a terceras personas obteniendo a cambio un beneficio en forma de intereses.
Actualmente el porcentaje que deben mantener los bancos de dinero en metálico, del total de sus depósitos, lo fija el Banco Central, y se denomina coeficiente de reservas mínimas. Esta cantidad que obligatoriamente deben mantener los bancos en dinero de curso legal es improductivo, no genera intereses ni, por tanto, rentabilidad.
La existencia legal de este pequeño porcentaje de reservas, y la posibilidad de prestar el resto de dinero depositado, da lugar a la creación de dinero bancario, otra importante función que realiza la banca. En este proceso, además, los bancos transforman los depósitos recibidos de los ahorradores en préstamos que contratan los agentes económicos que necesitan dinero para invertir o para consumir.
Veamos este proceso mediante en el siguiente gráfico, que supone un coeficiente de reservas del 10%:
Pero el proceso continua... ¿hasta cuándo? para saberlo, basta con sumar los depósitos sucesivos que se van creando: 1000+900+810+729+...., o lo que es lo mismo:
1000 x (1/0,10) = 10.000€
De estos 10.000 € existentes finalmente, sólo los 1.000 € iniciales son dinero de curso legal, monedas y billetes. Los 9.000 € restantes son lo que se denomina dinero bancario, que no tiene un soporte real en monedas/billetes, sino que lo han creado los bancos en forma de préstamos, de deudas que tendrán que devolver los agentes deficitarios. En resumen, por cada euro suministrado al sistema bancario, los bancos crean finalmente 9 € de depósitos adicionales o dinero bancario, procedente de los préstamos concedidos.
Este efecto se conoce como multiplicador monetario, y vale el cociente entre la unidad y el coeficiente de reservas mínimas (CRM), en tanto por uno.
Multiplicador monetario= Mm = 1/CRM
Si, por ejemplo, el CRM es de un 10%, el multiplicador vale 1/0,10 = 10.
El proceso de creación de dinero bancario tiene lugar sólo si todos los agentes que en él participan depositan el dinero que reciben en algún banco, y además los bancos sólo mantienen en metálico el mínimo legal (CRM). Pero ¿y si alguien decide mantener el dinero en casa? En este caso habrá que restar esa cantidad de los nuevos depósitos, por lo que el efecto multiplicador será menor. Lo mismo ocurrirá si algún banco decide mantener en efectivo una cantidad mayor que la que exige el coeficiente de reservas mínimas, suceso poco probable por el incentivo que tiene de rentabilizar el dinero depositado a través del préstamo.
En el siguiente vídeo el profesor J. Torres López, catedrático de Economía Aplicada, explica el proceso de creación de dinero bancario y el poder que esta capacidad otorga a los bancos.
Observa el ejemplo del Pr. Torres que ilustra la creación de dinero bancario: si yo tengo 100 € en el bolsillo y le presto a un amigo 20 €, sigue habiendo en total 100€ (80 en mi bolsillo y 20 en manos de mi amigo). Pero si aparece un banco el proceso es diferente: yo ingreso mis 100 € en una cuenta bancaria; mi amigo, por su parte, acude al banco a pedir prestados 20 €, que le son concedidos procedentes de mi cuenta. Ahora existen 120 € en total, los 100 de mi cuenta bancaria y los 20 que ha conseguido mi amigo en préstamo. Es decir, el banco ha creado 20 €.
El profesor Torres insiste en el poder que la ley otorga a los bancos, derivado de esa capacidad para crear dinero. El negocio bancario consiste en la compra de dinero en forma de depósitos de los ahorradores, y su posterior venta mediante la concesión de préstamos a los agentes económicos que lo necesitan. Su beneficio proviene, como en cualquier otro negocio, del mayor precio de venta que el de compra: el tipo de interés de los préstamos concedidos es superior al que paga a los ahorradores por sus depósitos. Pero la clave del poder bancario reside en la posibilidad de vender algo que no es de su propiedad, sino del ahorrador correspondiente, que la mayoría de las veces no va a acudir al banco a ejercer su derecho a recibir el metálico que tiene depositado. Como afirma Torres López, la consecuencia de este privilegio es la creación de deuda por todo el sistema financiero, debido a que el proceso de creación de dinero parte de un proceso continuo de concesión de préstamos.
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