En la vida diaria de cualquier país existen millones de consumidores que toman sus decisiones de compra, y numerosas empresas que desarrollan su actividad tomando decisiones sobre la producción y distribución de bienes y servicios; todo ello enmarcado en la actuación del sector público que, con sus propias decisiones, condiciona la conducta de los consumidores y las empresas.
Para poder desarrollar su función, los agentes económicos se necesitan mutuamente, por lo que deberán establecer relaciones entre ellos.
Las relaciones entre economías domésticas y empresas
Consideremos en primer lugar el caso más simple, el de una economía cerrada en la que no existe sector público y, por tanto, sólo participan los dos agentes privados: las familias y las empresas.
El sistema económico en el que vivimos se basa en la propiedad privada de los factores productivos, que pertenecen a las familias. No todas las familias tienen posesiones como terrenos, locales, pisos o dinero; de hecho sólo una minoría, las más ricas, tienen propiedades de este tipo. Pero todas las personas disponen de un factor productivo que pueden vender: su propia fuerza de trabajo.
En el siguiente vídeo se puede ver un esquema similar del Flujo Circular, ahora en movimiento:
Observa que todo intercambio, como su propio nombre indica, supone una prestación y una contraprestación, un dar y un tomar... en los mercados se realizan intercambios de bienes, servicios o factores productivos a cambio de una cantidad de dinero, por lo que siempre habrá un doble flujo. La mayoría de las veces uno de esos flujos será real y el otro monetario, aunque en ocasiones los dos flujos pueden ser monetarios: es el caso del mercado financiero, en el que se intercambia dinero por dinero.
Ejemplo:
Consideremos la familia del ejemplo anterior y analicemos su relación con el sector público. Cada año debe pagar una cantidad de dinero a éste en concepto de Impuesto sobre la Renta. Además, cada vez que realiza una compra tiene que pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Estos pagos de impuestos conforman el "flujo monetario" que sale en dirección al sector público. Por otra parte, el hijo que tiene la pareja ha conseguido una beca para estudiar en un país europeo, que constituye una transferencia o "flujo monetario" desde el sector público hacia la familia.
Veamos ahora el caso de una empresa. Igual que las familias, tiene que pagar impuestos: anualmente el Impuesto sobre la Renta de Sociedades, y trimestralmente el IVA correspondiente a la diferencia entre lo que cobra en sus ventas y lo que paga por sus compras. Aparece así el "flujo monetario" desde la empresa al sector público. ¿Y la contrapartida?. En las relaciones con el sector público puede ocurrir que no exista tal contrapartida, o puede que sí, si la empresa recibe algún tipo de subvención y se produce entonces un "flujo monetario" desde el sector público a la empresa.
El sector público también participa en los mercados de factores y de bienes y servicios. Observemos una empresa de propiedad pública, como la RENFE. Para desarrollar su actividad debe disponer de los factores productivos necesarios: terrenos para construir las vías férreas, hierro y acero, los vagones de los trenes y su mobiliario, mano de obra, etc. Para adquirir estos factores acude a los mercados correspondientes, adquiriéndolos a cambio de un precio: este intercambio se representa mediante el "flujo físico" de entrega de los factores desde los mercados hacia el sector público, y su contrapartida de entrega de dinero como pago de los factores comprados o "flujo monetario" desde el sector público hacia los propietarios de los recursos. Una vez todos los inputs en poder de RENFE, comenzará a prestar su servicio de transporte ferroviario, que ofrecerá a los usuarios a través de su red de oficinas, de su página web o de su servicio telefónico: cualquiera de estos medios constituye un mercado, un punto de encuentro entre los individuos que quieren hacer uso del viaje en tren y la empresa que los ofrece, RENFE. Se establece de esta manera una relación o doble flujo, real y monetario, entre el mercado de servicios y el sector público: a cambio del servicio de transporte prestado o "flujo real", recibe un pago o "flujo monetario".
El sistema económico en el que vivimos se basa en la propiedad privada de los factores productivos, que pertenecen a las familias. No todas las familias tienen posesiones como terrenos, locales, pisos o dinero; de hecho sólo una minoría, las más ricas, tienen propiedades de este tipo. Pero todas las personas disponen de un factor productivo que pueden vender: su propia fuerza de trabajo.
Por otra parte, las empresas, para producir bienes y servicios, necesitan disponer de esos factores productivos, o inputs, que poseen las economías domésticas: tierra, trabajo y capital. Surge entonces la primera relación entre los dos agentes, que implica un doble flujo como resultado del intercambio entre ambos:
Las familias venden o contratan sus recursos productivos a las empresas y reciben a cambio una remuneración o renta, en forma de alquileres, salarios, intereses y beneficios. Este intercambio se realiza mediante el mercado de factores productivos, que recoge un flujo físico o real (entrega de tierra, trabajo y capital) y un flujo monetario (remuneración de los factores).
Lo que se llama "mercado de factores" en realidad son varios mercados diferentes, en los que se intercambia cada factor concreto. Por ejemplo, el mercado laboral para el factor trabajo, el inmobiliario para terrenos, pisos o locales, el mercado financiero para el dinero, el de bienes para la maquinaria, etc. Las empresas, a través de estos mercados, se ponen en contacto con las economías domésticas y pactan una renta por la contratación del factor del que se trate. Así, una renta es un cobro periódico por la contratación de un recurso productivo.
La renta que produce cada uno de los factores recibe un nombre distinto: los alquileres son la renta de los terrenos y bienes inmuebles, el salario es la renta o remuneración del trabajo, los intereses la renta del dinero depositado en una cuenta bancaria, y los beneficios la renta de las inversiones.
Una vez que los factores productivos están en manos de las empresas, éstas los transforman en bienes y servicios que las economías domésticas compran con el dinero obtenido por la venta de sus recursos. Aparece así la segunda relación entre los dos agentes, que nuevamente implica un intercambio y, consecuentemente, un doble flujo:
Las empresas llevan su producción al mercado de bienes y servicios, estableciendo un flujo real, y las familias acuden a comprarlos a cambio de un precio, que da lugar a un flujo monetario.
El siguiente esquema, denominado Flujo Circular de la Renta (o de la actividad económica), representa estos intercambios realizados entre las familias y las empresas. La línea continua roja representa los flujos reales, mientras que la discontinua azul se refiere a los flujos monetarios.
En el siguiente vídeo se puede ver un esquema similar del Flujo Circular, ahora en movimiento:
Observa que todo intercambio, como su propio nombre indica, supone una prestación y una contraprestación, un dar y un tomar... en los mercados se realizan intercambios de bienes, servicios o factores productivos a cambio de una cantidad de dinero, por lo que siempre habrá un doble flujo. La mayoría de las veces uno de esos flujos será real y el otro monetario, aunque en ocasiones los dos flujos pueden ser monetarios: es el caso del mercado financiero, en el que se intercambia dinero por dinero.
Ejemplo:
Supongamos una familia propietaria de los siguientes recursos: un terreno cultivable en el pueblo, la fuerza de trabajo de dos de sus miembros, y 22.000 € de dinero en efectivo. Para aprovechar estos recursos la familia acude a los diversos mercados de factores productivos:
1. Contacta con una inmobiliaria que consigue arrendarles el terreno a cambio de una renta.
2. A través de un anuncio en la prensa, el hombre es seleccionado para un puesto de trabajo en una empresa, con la que contrata su salario.
3. La mujer consigue un trabajo tras contactar con una empresa de selección de trabajadores a través de Internet, que le ofrece un sueldo mensual.
4. Negocian con su banco habitual la constitución de un depósito a un plazo de 3 años por valor de 20.000 €, con un tipo de interés del 4%.
Los intermediarios que han participado en estas operaciones de colocación de los recursos propiedad de la familia, forman parte de lo que se ha denominado "mercado de factores productivos": la inmobiliaria, el periódico que anuncia puestos de trabajo o la agencia de colocación de trabajadores a través de internet, y el banco.
La entrega de los factores constituye el llamado "flujo físico o real", cuyo destino no son estos intermediarios, sino las empresas que finalmente los utilizarán para transformarlos en bienes y servicios.
La familia, a cambio de prestar cada uno de sus recursos, recibe una remuneración en forma de dinero, su renta total: el alquiler o renta del terreno, los salarios de la pareja y los intereses del depósito bancario, que conforman el "flujo monetario" de contrapartida.
Una vez que la familia tiene en su poder el dinero, podrá comprar todo lo que considere necesario en su vida: alquilará o comprará una vivienda, un coche, alimentos, vestidos, viajes, etc. Es decir, acudirá a los distintos "mercados de bienes y servicios", abastecidos por las empresas.
La corriente de productos que se establece desde las empresas a la familia es el "flujo físico o real", y su contrapartida es el "flujo monetario" que representa el dinero que la familia tiene que entregar cada vez que adquiere un bien o usa un servicio.
Y con ello, se cierra el círculo, el flujo circular de la renta, que representa la situación descrita para todas las familias y todas las empresas de una economía que no mantiene relaciones con el exterior.
El mismo Flujo Circular de la Renta o de la actividad económica se amplía si se añade el tercer agente económico de una economía cerrada, el sector público. La actividad de éste es más compleja, ya que mantiene relaciones con los dos agentes anteriores, familias y empresas, e interviene en los mercados de factores y de bienes y servicios.
El sector público y las economías domésticas
También en este caso existe un doble fllujo monetario: las empresas pagan impuestos al sector público y éste a cambio concede subvenciones a las empresas que considera más necesitadas.
En definitiva, el sector público obtiene la mayor parte de sus ingresos de las familias y de las empresas mediante los impuestos y otras cargas fiscales. Una parte de estos ingresos públicos revierte en algunas economías domésticas y empresas a través de las transferencias y las subvenciones. En este intercambio se plasma la función redistributiva de la renta por parte del sector público, como se señaló en el apartado anterior: si los que más tienen pagan más impuestos, y los más necesitados reciben mayores transferencias y subvenciones, se habrá cumplido en mayor o menor medida con esta importante función estatal.
La participación del sector público en los mercados
Además de sus relaciones con los otros dos agentes, el sector público participa en los mercados, comprando y vendiendo tanto factores productivos como bienes y servicios.
En el mercado de factores interviene como comprador (de recursos naturales, trabajo y capital) y como vendedor, ya que una parte de esos factores son de propiedad pública. Y lo mismo ocurre en el mercado de bienes y servicios, en el que vende la producción que obtienen las empresas públicas y compra lo necesario para desarrollar su actividad. De esta forma en ambos mercados se establece un doble flujo físico y otro monetario.
El siguiente esquema muestra el Flujo Circular de la Renta con la incorporación del sector público y sus relaciones con las familias y las empresas, así como su intervención en los mercados.
El sector público en el Flujo Circular de la Renta
El mismo Flujo Circular de la Renta o de la actividad económica se amplía si se añade el tercer agente económico de una economía cerrada, el sector público. La actividad de éste es más compleja, ya que mantiene relaciones con los dos agentes anteriores, familias y empresas, e interviene en los mercados de factores y de bienes y servicios.
El sector público y las economías domésticas
Entre ambos agentes se establece un doble flujo monetario: las familias deben realizar pagos al sector público (impuestos, tasas, etc.), y éste a su vez efectúa transferencias a las primeras (pensiones, becas, subsidios de desempleo, etc.).
Se denomina transferencia al pago que realiza un agente económico a otro sin contraprestación, sin recibir nada a cambio. Generalmente es el sector público el que realiza este tipo de operaciones, por ejemplo cuando concede una beca de estudios.
El sector público y las empresas
También en este caso existe un doble fllujo monetario: las empresas pagan impuestos al sector público y éste a cambio concede subvenciones a las empresas que considera más necesitadas.
En definitiva, el sector público obtiene la mayor parte de sus ingresos de las familias y de las empresas mediante los impuestos y otras cargas fiscales. Una parte de estos ingresos públicos revierte en algunas economías domésticas y empresas a través de las transferencias y las subvenciones. En este intercambio se plasma la función redistributiva de la renta por parte del sector público, como se señaló en el apartado anterior: si los que más tienen pagan más impuestos, y los más necesitados reciben mayores transferencias y subvenciones, se habrá cumplido en mayor o menor medida con esta importante función estatal.
La participación del sector público en los mercados
En el mercado de factores interviene como comprador (de recursos naturales, trabajo y capital) y como vendedor, ya que una parte de esos factores son de propiedad pública. Y lo mismo ocurre en el mercado de bienes y servicios, en el que vende la producción que obtienen las empresas públicas y compra lo necesario para desarrollar su actividad. De esta forma en ambos mercados se establece un doble flujo físico y otro monetario.
El siguiente esquema muestra el Flujo Circular de la Renta con la incorporación del sector público y sus relaciones con las familias y las empresas, así como su intervención en los mercados.
Consideremos la familia del ejemplo anterior y analicemos su relación con el sector público. Cada año debe pagar una cantidad de dinero a éste en concepto de Impuesto sobre la Renta. Además, cada vez que realiza una compra tiene que pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Estos pagos de impuestos conforman el "flujo monetario" que sale en dirección al sector público. Por otra parte, el hijo que tiene la pareja ha conseguido una beca para estudiar en un país europeo, que constituye una transferencia o "flujo monetario" desde el sector público hacia la familia.
Veamos ahora el caso de una empresa. Igual que las familias, tiene que pagar impuestos: anualmente el Impuesto sobre la Renta de Sociedades, y trimestralmente el IVA correspondiente a la diferencia entre lo que cobra en sus ventas y lo que paga por sus compras. Aparece así el "flujo monetario" desde la empresa al sector público. ¿Y la contrapartida?. En las relaciones con el sector público puede ocurrir que no exista tal contrapartida, o puede que sí, si la empresa recibe algún tipo de subvención y se produce entonces un "flujo monetario" desde el sector público a la empresa.
El sector público también participa en los mercados de factores y de bienes y servicios. Observemos una empresa de propiedad pública, como la RENFE. Para desarrollar su actividad debe disponer de los factores productivos necesarios: terrenos para construir las vías férreas, hierro y acero, los vagones de los trenes y su mobiliario, mano de obra, etc. Para adquirir estos factores acude a los mercados correspondientes, adquiriéndolos a cambio de un precio: este intercambio se representa mediante el "flujo físico" de entrega de los factores desde los mercados hacia el sector público, y su contrapartida de entrega de dinero como pago de los factores comprados o "flujo monetario" desde el sector público hacia los propietarios de los recursos. Una vez todos los inputs en poder de RENFE, comenzará a prestar su servicio de transporte ferroviario, que ofrecerá a los usuarios a través de su red de oficinas, de su página web o de su servicio telefónico: cualquiera de estos medios constituye un mercado, un punto de encuentro entre los individuos que quieren hacer uso del viaje en tren y la empresa que los ofrece, RENFE. Se establece de esta manera una relación o doble flujo, real y monetario, entre el mercado de servicios y el sector público: a cambio del servicio de transporte prestado o "flujo real", recibe un pago o "flujo monetario".
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