En el año 2012 Juan acabó su 4º y último año del grado de Administración y Dirección de Empresas. Ese mismo verano realizó las prácticas en un banco, con lo que obtendría su título. Le mandaron a la oficina principal, un edificio de 5 plantas donde trabajan decenas de trabajadores repartidos por varios departamentos.
El primer día,
el director le dijo que la persona que se encargaba del archivo
estaba de baja y que hasta nuevo aviso esa sería mi función.
Aparentemente se trataba de una tarea a tiempo completo. El hombre
que se encargaba de ello empleaba sus 7 horas de jornada diaria a
archivar los muchísimos papeles que se había generado el día
anterior, y eso haría yo hasta nueva orden. ¿O sea que este era el
mundo laboral que llevaban hablando tanto tiempo no? Pues que bien.
Su padre, viendo su desilusión, en uno de los grandes consejos que le había dado, le
dijo que no importaba cuál fuera su función, tenía siempre,
siempre, que tratar de ser productivo. Y es lo que Juan intentó. El
segundo día lleguó y empezó a archivar. Para su sorpresa, en sólo
una hora y media todos los documentos estaban archivados. Al día
siguiente pasó lo mismo. Y también al siguiente y al siguiente. Eso le liberaba más de 5 horas diarias para hacer otras funciones de mi
agrado. ¿Qué es lo que había pasado? ¿No era una tarea de 7 horas
diarias?. Digamos que el otro
trabajador no era muy productivo (por decirlo de una manera suave).
¿Qué
es la productividad?
Acabamos de ver que
el objetivo de cualquier proceso productivo es ser lo más eficiente
posible, entendido esto como obtener el máximo provecho de los
recursos.
La productividad
es el indicador que nos va a medir la eficiencia. Es decir, nos
mide la producción que estamos obteniendo con los factores
productivos que estamos utilizando. Es una medida que nos indica
el rendimiento de los factores productivos.
La
productividad del trabajo nos indica cuantos productos
estamos obteniendo por cada trabajador utilizado.
La
productividad del capital nos indica cuantos productos
estamos obteniendo por cada máquina utilizada
Por tanto, es
importante no confundir PRODUCCIÓN y PRODUCTIVIDAD.
Podemos calcular la
productividad de los diferentes factores de la siguiente manera.
Productividad
trabajo =( Producción total) / (nº de trabajadores)
Productividad
Capital = (Producción total) / (nº de máquinas)
Si volvemos al
ejemplo de las vacas ordeñadas podemos ver la productividad que
tenían en cada técnica los trabajadores y las máquinas.
¿Cómo
aumentamos la productividad?
Como acabamos
de ver, el país está muy interesado en aumentar la
productividad. Podemos hacerlo de 3 maneras.
1. Invertir
en capital humano. Si los trabajadores tienen mejor
formación serán capaces de producir mejor y más rápido. En
este sentido, el gasto en educación de un país y los cursos de
formación a los trabajadores permiten que sus ciudadanos sean
más productivos. ¿A qué ya sabes que tienes que hacer para
ser más productivo? ESTUDIA. Lo diré otra vez. ESTUDIA. Una
vez más: ¡ESTUDIA!
2. Invertir
en capital físico (máquinas). Acumulación de capital. Si
los trabajadores tienen mejores máquinas y herramientas, sin
duda que serán capaces de producir mucho más rápido, y por
tanto serán más productivos. Así, por ejemplo, los tractores
han permitido a los agricultores ser capaces de producir en una
hora lo que antes hacían en semanas.
3. Invertir
en investigación. Otra manera de aumentar la productividad
es través de la mejora de la tecnología. Para ello es clave el
gasto en INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO (I+D). La
investigación es clave porque permite el desarrollo de la
ingeniería y la mejora o creación de máquinas que permiten
producir mejor o más rápido. El gasto en I+D en España en
2017 ha sido de 6.500 millones de euros (3.000 millones menos
que en 2009) por lo que muchos critican que debemos aumentar el
gasto si queremos competir con el resto de países.
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