Supongamos una familia propietaria de los siguientes recursos: un terreno cultivable en el pueblo, la fuerza de trabajo de dos de sus miembros, y 22.000 € de dinero en efectivo. Para aprovechar estos recursos la familia acude a los diversos mercados de factores productivos:
1. Contacta con una inmobiliaria que consigue arrendarles el terreno a cambio de una renta.
2.
A través de un anuncio en la prensa, el hombre es seleccionado para un
puesto de trabajo en una empresa, con la que contrata su salario.
3. La mujer consigue un trabajo tras contactar con una empresa de selección de trabajadores a través de Internet, que le ofrece un sueldo mensual.
4.
Negocian con su banco habitual la constitución de un depósito a un
plazo de 3 años por valor de 20.000 €, con un tipo de interés del 4%.
Los
intermediarios que han participado en estas operaciones de colocación
de los recursos propiedad de la familia, forman parte de lo que se ha
denominado "mercado de factores productivos": la inmobiliaria, el
periódico que anuncia puestos de trabajo o la agencia de colocación de
trabajadores a través de internet, y el banco.
La entrega de los factores constituye el llamado "flujo físico o real", cuyo destino no son estos intermediarios, sino las empresas que finalmente los utilizarán para transformarlos en bienes y servicios.
La familia, a cambio de prestar cada uno de sus recursos, recibe una remuneración en forma de dinero, su renta total: el alquiler o renta del terreno, los salarios de la pareja y los intereses del depósito bancario, que conforman el "flujo monetario" de contrapartida.
La entrega de los factores constituye el llamado "flujo físico o real", cuyo destino no son estos intermediarios, sino las empresas que finalmente los utilizarán para transformarlos en bienes y servicios.
La familia, a cambio de prestar cada uno de sus recursos, recibe una remuneración en forma de dinero, su renta total: el alquiler o renta del terreno, los salarios de la pareja y los intereses del depósito bancario, que conforman el "flujo monetario" de contrapartida.
Una vez que la familia tiene en
su poder el dinero, podrá comprar todo lo que considere necesario en su
vida: alquilará o comprará una vivienda, un coche, alimentos, vestidos,
viajes, etc. Es decir, acudirá a los distintos "mercados de bienes y
servicios", abastecidos por las empresas.
La corriente de productos que se establece desde las empresas a la familia es el "flujo físico o real", y su contrapartida es el "flujo monetario" que representa el dinero que la familia tiene que entregar cada vez que adquiere un bien o usa un servicio.
Y con ello, se cierra el círculo, el flujo circular de la renta, que representa la situación descrita para todas las familias y todas las empresas de una economía que no mantiene relaciones con el exterior.
La familia analicemos su relación con el sector público.
Cada año debe pagar una cantidad de dinero a éste en concepto de
Impuesto sobre la Renta. Además, cada vez que realiza una compra tiene
que pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Estos pagos de impuestos conforman el "flujo monetario" que sale en dirección al sector público.
Por otra parte, el hijo que tiene la pareja ha conseguido una beca para
estudiar en un país europeo, que constituye una transferencia o "flujo
monetario" desde el sector público hacia la familia.
Veamos ahora el
caso de una empresa. Igual que las familias, tiene que pagar impuestos: anualmente el Impuesto sobre la Renta de Sociedades, y
trimestralmente el IVA correspondiente a la diferencia entre lo que
cobra en sus ventas y lo que paga por sus compras. Aparece así el "flujo
monetario" desde la empresa al sector público. ¿Y la contrapartida?. En
las relaciones con el sector público puede ocurrir que no exista tal
contrapartida, o puede que sí, si la empresa recibe algún tipo de
subvención y se produce entonces un "flujo monetario" desde el sector
público a la empresa.
El sector público también participa en los
mercados de factores y de bienes y servicios. Observemos una empresa de
propiedad pública, como la RENFE. Para desarrollar su actividad debe
disponer de los factores productivos necesarios: terrenos para construir
las vías férreas, hierro y acero, los vagones de los trenes y su
mobiliario, mano de obra, etc. Para adquirir estos factores acude a los
mercados correspondientes, adquiriéndolos a cambio de un precio: este
intercambio se representa mediante el "flujo físico" de entrega de los
factores desde los mercados hacia el sector público, y su contrapartida
de entrega de dinero como pago de los factores comprados o "flujo
monetario" desde el sector público hacia los propietarios de los
recursos. Una vez todos los inputs en poder de RENFE, comenzará a
prestar su servicio de transporte ferroviario, que ofrecerá a los
usuarios a través de su red de oficinas, de su página web o de su
servicio telefónico: cualquiera de estos medios constituye un mercado,
un punto de encuentro entre los individuos que quieren hacer uso del
viaje en tren y la empresa que los ofrece, la RENFE. Se establece de
esta manera una relación o doble flujo, real y monetario, entre el
mercado de servicios y el sector público: a cambio del servicio de
transporte prestado o "flujo real", recibe un pago o "flujo monetario".
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