martes, 7 de febrero de 2017

EL DESEMPLEO

El paro o desempleo se produce cuando existen personas que, estando en edad de trabajar, quieren hacerlo pero no encuentran un trabajo.

Según la clasificación de la población que hicimos en el primer apartado, los desempleados son la parte de la población activa que no encuentra trabajo a pesar de quererlo y buscarlo.


El paro es uno de los problemas sociales más importantes de una economía. De hecho puede convertirse en un auténtico drama social, ya que quienes más lo padecen suelen ser personas que no tienen otra fuente de ingresos. El no poder trabajar, además de causarles evidentes daños económicos, también conlleva en muchos casos sufrimiento psicológico y moral, afectando a la autoestima de la persona que lo padece y a su entorno familiar y social.

España es uno de los estados de la Unión Europea que mayor tasa de desempleo registra desde que comenzó la crisis económica, con una quinta parte de su población activa sin trabajo. Los efectos de estos datos son devastadores, tanto a nivel social como económico; y contribuyen a la agudización del círculo vicioso depresivo: más paro implica menos ingresos para la población, lo que lleva a una reducción del consumo (la demanda) y, a continuación, a una menor producción por parte de las empresas (la oferta); y estas empresas, al producir menos, necesitan menos trabajo, por lo que despiden a los trabajadores que les sobran, que van a engrosar las listas de parados, y vuelta al principio...

El siguiente vídeo aborda el desempleo desde su perspectiva más humana, poniendo de manifiesto la difícil realidad que viven estas personas.



Por otra parte, la existencia de desempleo tiene para el conjunto de la sociedad importantes costes económicos, porque implica una pérdida de producción potencial y un despilfarro de recursos 
productivos. Según el modelo de la Frontera de Posibilidades de Producción 
que vimos en el Tema 1, cuando hay paro la economía está produciendo por 
debajo de su capacidad y, por tanto, no alcanza la eficiencia.

La medición del paro

En España se lleva a cabo por dos procedimientos:  

La Encuesta de Población Activa (EPA) que realiza trimestralmente el
Instituto Nacional de Estadística (INE). Se considera parada a toda persona
de 16 o más años que no tiene trabajo y lo busca activamente.

El paro registrado mensualmente en las oficinas del Instituto Nacional de
Empleo (INEM), que contabiliza sólo a las personas desempleadas que se
registran en estas oficinas.

Las cifras del INEM son inferiores a las de la EPA, debido a que sólo cuenta a 
las personas inscritas como desempleadas. Sin embargo, suele ocurrir que 
aquellas que no encuentran un trabajo durante un largo periodo de tiempo,
renuncian a la inscripción en el INEM. Por este motivo se consideran más 
fiables los datos de la EPA, que además están homologados a nivel interna
cional. En este vídeo, realizado por el propio INE, se explica cómo se elabora
la EPA y para qué se utiliza:





Para el estudio de la situación del mercado de trabajo se suelen emplear dos 
indicadores: la tasa de actividad y la tasa de paro.
La tasa de actividad (TA) es la proporción de población activa (PA) respecto a
la población total en edad de trabajar (PT). Se calcula por cociente entre estas
dos magnitudes, multiplicado por 100 para obtener el porcentaje sobre 100.

La tasa de paro (TP) es la proporción de población parada (PP) respecto a la 
población activa (PA). Se calcula dividiendo ambas y multiplicando por 100.


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