El entorno específico
Es aquel
que afecta de manera más directa a una empresa concreta, como son los
proveedores, clientes, competencia, legislación particular sobre su
actividad, etc.
Para
estudiar cómo afecta el entorno específico vamos a utilizar el Esquema
de las cinco fuerzas competitivas de Porter. Michael Porter, profesor de
la Escuela de Negocios de Harvard, en el año 1979 establece un modelo
para analizar el entorno que afecta a la empresa dentro de su sector de
actividad, el entorno específico.
Según
Porter existen cinco fuerzas que determinan el grado de competencia
existente en un sector, tras su análisis nos permite formular las
estrategias destinadas a aprovechar las oportunidades y/o hacer frente a
las amenazas detectadas. Son las siguientes:
a) Amenaza de entrada de nuevos competidores:
cuanto más fácil sea para los competidores acceder a un mercado, más
aumentará la competencia. En el caso de que entren competidores, la
rentabilidad de la empresa podría bajar ya que los precios probablemente
bajen. Uno de los factores que determinan esta amenaza es la existencia
de barreras de entrada.
Las grandes tecnológicas quieren ser los nuevos bancos
Las grandes tecnológicas quieren ser los nuevos bancos
b) Amenaza de posibles productos sustitutos:
un producto sustitutivo es aquel que satisface las mismas necesidades
que nuestro producto, por lo que, en caso de que entren nuevos productos
sustitutivos al nuestro, la rentabilidad de éste bajará como
consecuencia de una mayor gama de productos a elegir por parte del
cliente.
c) Poder de negociación de los proveedores:
cuanta mayor concentración de empresas proveedores, cuanto mayor sea su
tamaño y menor número haya, mayor poder tendrán para imponernos sus
condiciones de venta y disminuirá nuestro margen de maniobra a la hora
de elegir nuestros inputs, afectando a los costes de producción y a la
calidad de los productos o servicios prestados.
d) Poder de negociación de los clientes:
un sector será menos atractivo cuanto mejor organizados estén los
clientes ya que en este caso tendrán un gran poder de negociación y
reducirán nuestros ingresos forzándonos a reducir nuestra rentabilidad.
Se puede dar el caso de tener un solo cliente para asegurar las ventas
pero el problema en este caso es que la empresa está a expensas de las
decisiones de este cliente, con el riesgo que ello supone.
e) Rivalidad entre competidores existentes:
hay sectores donde la rivalidad entre sus competidores es elevada, lo
que conlleva a utilizar estrategias de precios, publicidad, etc. que
reducen la rentabilidad. Las propias empresas de un sector intentan
llegar a pactos de no agresión porque saben que en el caso de entrar en
una competencia feroz, todas van a resultar perdedoras, ahora bien,
están prohibidas estas tácticas o acuerdos que reduzcan o eliminen la
competencia en un determinado sector (es lo que se denomina cártel).
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