La máxima imperfección se alcanza en el monopolio, cuando una sola empresa controla todo el mercado. La ineficiencia social, por tanto, también es máxima: el monopolista logra el mayor beneficio extraordinario posible, al establecer un precio elevado que, como hemos visto, implica una menor cantidad de producción. Los consumidores, por su parte, pagan el mayor precio posible, y al restringir las empresas la producción, un mayor número de consumidores quedan fuera del mercado por no poder, o no querer, pagar un precio tan elevado. Todo ello en comparación al mercado ideal, la referencia teórica que utiliza el análisis económico.
El resultado ineficiente del monopolio, que incluye costes medios de producción por encima del mínimo, ha llevado a la mayoría de los países capitalistas a establecer algún tipo de regulación o ley antimonopolio que impide la formación de mercados de este tipo.
No obstante, en ocasiones se permite la existencia de monopolios por razones como las siguientes:
- Las condiciones tecnológicas hacen que existan economías de escala contínuas en relación al tamaño de la demanda del mercado. En este caso se habla de monopolios naturales y es más eficiente económicamente la existencia de una sola empresa, que es gestionada por el Estado o regulada por éste. La distribución de electricidad, agua o gas son ejemplos de esta estructura.
- El Estado concede un monopolio temporal a una empresa privada que ha patentado una innovación, permitiendo que obtenga un beneficio extraordinario para amortizar el gasto realizado en investigación y desarrollo del producto (I+D+i). Un ejemplo lo constituye la industria farmaceútica, con concesiones exclusivas que suelen durar hasta 20 años.
El modelo del monopolio en sentido estricto, con una sola empresa en la industria, no es frecuente en la realidad, salvo en los casos descritos. Pero sí existen situación próximas, con empresas que poseen cuotas de mercado del 80 por ciento o incluso más. El caso de Microsoft, la empresa de Bill Gates, es paradigmático, y ha sido llevada a juicio en varias ocasiones por prácticas monopolistas. Y a pesar de las multas impuestas, actualmente sigue manteniendo una posición dominante en el mercado de sistemas operativos, tal como indica el gráfico del reparto de cuotas de mercado a nivel mundial:
Por otra parte, y al margen de las grandes empresas, existen situaciones de pequeños monopolios: el servicio de bar dentro de un avión, el área de servicio de una autopista de peaje, o el único chiringuito de una playa apartada. En todos estos casos, los consumidores comprobamos cómo los precios son bastante más altos que fuera de esas áreas.
Las características del monopolio son las contrarias a las que hemos visto para la competencia perfecta: poder para fijar el precio del monopolista (precio-decisor en vez de precio-aceptante), producto único, información imperfecta, y existencia de barreras de entrada al mercado.
Una de las características que más influyen en la estructura de un mercado son las llamadas barreras de entrada al sector, que en el caso del monopolio son tan elevadas que hacen muy difícil la entrada de nuevas empresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario